Malas costrumbres

A mí no me da igual cuando miro alrededor...

Como no me extraña que el instante se quedó sin destino.
Mas la mirada sigue tan terca como el rastro que quema
huellas que vuelan en la atrasada memoria.
El silencio otorga la forma más eficiente de ocultar.
Abrázame para que no piense nunca más en tí.

Las malas costrumbres vuelven acechando en las esquinas.
Alguien dejó sin querer todos los trocitos de su alma
en una carta que olvidó tirar al mar cuando todavía tenía tiempo.
Cómo decir que ya no es todo perfecto...
y te sigo abriendo los recuerdos con los ojos...

Aún cuando es a otro a quien le hablo...

(XX) + (XY)

Las causales determinaciones de un resultado hipotético no son suficientes para contar con los dedos de los pies las veces que he dejado que el corazón sufra fuera de hábitat natural...

Soy una parte de esta historia a la mitad.
una variable, un extremo, tú sistema paralelo.
No soy tu complemento, ni ya la gracia de tu día perfecto.
soy una célula repartida por espacios en tu cuerpo.
Dos individuos aislados observándose por casualidad.
besando las partículas que se expelen después de una mirada estelar.
Un cromosoma despegado de tu propia piel.
la parte humana que nunca ha dejado de sonar como recuerdo.

Las historias de dos seres separadamente unidos.
ya no ligados por el silencio, sino por la historia apagada en cenizas.
Ecos y energías trasmitidas por vibraciones magnéticas,
son el imán que captura pensamientos y identidades de ambos caminos.

Dejé pasar las horas para que las emociones se fueran atenuando, pero el inconnsciente fue más astuto: decidió atacar en los sueños el más profundo recuerdo...

Sobre la mesa, un café
y por el suelo, las anclas hacia la realidad.
En las cenizas, el fuego que hubo
y por la luz, la esperanza vaga.
Un cromosoma de tu mitad.
De tu mitad, mis condolencias.