Con[?]Fusión De Ideas
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En realidad, no hay nada más que decir. Los hechos se creen los dueños del presente sin que se tenga la oportunidad de dar el primer paso.
La confusión de enmudece y se vuelve tan sigilosa, que no noto su entrada en lo que se puede llamar una "cabeza constante". Se tienta y emprende su travesía a través de espacios que la mente ya no puede alcanzar.
Entre tanto trote, las ideas ya no son lo que aparentan. Todo se torna tan fugaz, tan volátil, tan superficial. La realidad descansa y deja su trabajo a existencias que no valen su nombre. Ya no sé para dónde ir o para qué quiero moverme.
Y que dure lo que quiera durar esta quimera, porque a veces, en las ficciones se encuentra lo que no se puede lograr...lograrte.
Pareciera que todo se esfuma, mientras yo estoy inmóvil. El tiempo avanza y no me decido a emprender el camino o a quedarme estática enfrete de la piedra que me hará caer.
Sería tan fácil fusionar los pensamientos, crear una masa que apruebe todos los errores, en vez de convertirlos en derrotas. Hacer de la mescolanza de sentimientos, uno poderoso que derribe muros e incite a crear vivencias a base de fuertes.

Quédate con tus mundos irreales, que ya son tuyos. Mi barco, en cambio, ya se ancló rumbo a la superficie de la Tierra. Y si por último, no había nada que decir, caigo en una incoherencia de declaraciones. Aunque a veces, las palabras no son capaces de llenar los vacíos...

Y mi respuesta frente a tí sería tan vaga como tu pregunta hacia cómo enfrentas la vida.
Verías como esta existencia es tan incierta que, a veces, los fantasmas son más útiles que nuestra propia presencia.
Si por último, por mínimo, por valiente, por aventurero que sea, vivieras el riesgo de arrancarte de tu cárcel y salir al más allá, entonces podrías ser el rol activo de tu alrededor. Pero sabes bien que esa llave que te ayuda a la escapar no pertenece a nadie más que a tí, que lo que haces no es más que resguardar tus miedos y atesorarlos tan fuerte que, por un momento, te olvidas que también perdiste tu libertad.
Criticas que el mundo te ha tratado así, que las variantes del exterior te hicieron ser tal como eres; sin embargo, tu conformismo te hace acreedor de los pecados que condenas. Fuiste la hoja que con el viento voló, te enredaste en su silueta, porque era más cómodo, menos audaz e igual que experimentar lo que fue poco digno de un paisaje de caminos con luces apagadas, las cuales no sólo dejaron de mostrarte su luz, sino que tu mismo soplaste la llama que las extinguió.

No se trata de mostrar fuerza, sino sentirla. De no sentir verguenza, sino de enfretarla. De cometer errores, sino de superarlos. Porque la perfección sólo se encuentra en la medida en que sabemos que no es posible alcanzarla, pero aún así la anhelamos y luchamos por buscar las respuestas que nos hagan partícipes de un estado mejor.

Te mentiría si pensara que las palabras no construyen realidades encantadoras, que es verdad lo "del dicho al hecho hay mucho trecho". Mentiras que se empañan cuando lo que se quiere es lubricar el corazón de tantas leyes tácitas que deberían servir de adorno en un basural. Realidades que son lo suficientemente astutas como para burlar a lo que se vive o ¿sobrevive?. Evitar, muchas veces, justifica y libera todo caos en una existencia que se pudre y desvanece de a poco. Mejor solución no es, pero de que ayuda, no hay duda.

No te quedes sentado, no veas cómo el entorno se transforma en carrusel y tu te quedas inmóvil sin salir de la prisión que te impide ser escuchado. Más bien, te conviene dar garantías de un respeto propio, aver si el cheque a largo plazo te ayuda a mantener todas tus expectativas de sueño.

Para tí, a ver si algún día te decides convertir en mariposa.