Thursday, September 21, 2006

Tregua
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Te atesoraré como espina al corazón, como alegría a la sonrisa, como timidez a la huida. No habrá valentía más grande que romper los estatutos y dejarse llevar por los tormentos que invaden la mente. Se recorrieron rincones inhóspitos y lejanos a cualquier lugar que se podía soñar llegar. Y así y todo, se llegó triunfante a aquellos que invadieron a los palpidos y los dejaron suspirando por que se volviera por más alegrías.
Tras los eternos recorridos, las aventuras, las risas, los enfados fingidos, me detengo y miro a mi alrededor sin más combatientes, sin nada más con que protegerme, sin tampoco necesitarlos. Ya rendí mis batallas, bajé los brazos, ya no interesa mostrar fortaleza si lo que se quiere es crear una especie de debilidad y sentir que el regazo ajeno logra proteger lo propio.
Digo tregua, subo mi bandera empeñada en blanco. Dejo que tu presencia perturbe mis momentos y mis sueños. Algo más que tu andar ha permitido que borre toda desagarradura circundante en el corazón, será que el silencio habla más por inquietudes, que por sabio atencional. Como así los monológos con intención de diálogo compartido se tornan desesperados ante el freno de la poca valentía, asiento que la fórmula de las letras ocultas en miradas han perpetuado con mayor afinidad en las situaciones que el destino une nuestras manos.
Hundiremos sentimientos en estos corazones fugaces. No habrá, ni jamás hubo, palabras que logren llenar tu figura, pero aún así se intentará derrocar su fuerte y su castillo construido en las nubes. Acá abajo en la tierra, se le espera descalza entre tanta utopía de alcanzarlo en ansias de llegada. Por mientras, Ud. deténgase a estrechar relaciones y a prepararse, porque cuando las guerras terminan, hay que recoger los escombros que la retirada dejó, y en este caso no son materiales: es el comienzo de lo que tus letras lograron encantar y envenenar en mis emociones...

3 comments:

Andrea Hartung said...

ya no sirve de nada

Andrea Hartung said...
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Anonymous said...

Le prometió que el mundo era azul.
Azul divino, plácido e irreverente.
Le juró que la justicia era azul.
Que el amor era azul...
El mar, las sonrisas y el corazón.

Aseguró que el olvido era azul, y el cielo, era azul.
En sus manos, siempre le llevaba pintas del color (azul)
y volcaba sobre sus ojos, la más azul de las felicidades.

Un día, él llegó y le dijo:
"Todo lo que hasta aquí te he enseñado es una azul mentira,
y el mundo no es más que de color púrpura"

Ella murió de pena (azul)...
pero nadie lo notó, pues el mundo siempre fue y será púrpura.

Tiempo de tregua
Tiempo de olvido
Tiempo de desesperanza
Cuando se desee terminar, todo comenzara nuevamente, asi como la muerte llama a la vida a ser eternos amantes yo llamo a la tregua a servir de compañera de la desesperanza... a tomarse de la mano y a caminar por el purpura cielo...
Cuando te diste cuenta que el mundo habia djado de ser azul fue demasiado tarde... Tiempo de tregua es tiempo de cansancio... cuente conmigo compañera para dar fuerzas a su viaje