Aparece en una habitación desierta. Así como el mar se alimenta de la arena viva en su andar. Yo quisiera poder ser tan fuerte para safarme del suplicio de aquellos que se llevan todo con su venir. Mas desapareces y te desvaneces cada vez que cierro los recuerdos y dejo constancia de que el olvido es el mejor remedio para la agonía que trae el perder a alguien que se estima y que nunca se tuvo.

En un nuevo acto desesperado e impaciente, desgarro las motivaciones que me hacían acordar aquellos momentos de risas llantos y confesiones. No sólo he transitado sola con tu presencia, sino que ahora lo hago con tu ausencia y sin huellas en el camino. Creyendo que todo sería para siempre, me encuentro en el presente con ganas de pasado y con incertidumbre de un futuro incierto sin ti.
El tiempo ya no determina cuándo las miradas comienzan a ser ciegas, o cuándo es el instante en que una persona se convierte en desconocida para el corazón. No obstante, la seguridad de los sentimientos recíprocos no se encuentran en la exactitud, sino que la experiencia los nombra maduros para tomar aquellas desiciones. Que ocupes mi mente no significa que te quiera, pero ya llevas tiempo confundiendo al amor.
Ssiempre hubo caídas, rencores y tormentas, pero no dejamos que los malos ratos terminaran por separar nuestras manos. Aún así, la paciencia es escasa y poco tolerante. Un adiós complace al distanciamente y la rutina temrina por matar a los suicidas del amor. La gente comienza a tornarse agria y cuando la felicidad se consigue con bastante esfuerzo, es hora de dar media vuelta y decir hasta nunca, sin mirar atrás. Así como el mar también retrocede arrepentido.